Posted by La Cibeles on 12.11.08 at 11/12/2008 |Permalink
ideal.es /Almeria / 13.11.08
TRIBUNA ¿Tiene futuro el correo tradicional?
Francisco Almansa
Quedan en el recuerdo aquellas cartas de amor que los quintos enviaban a sus novias; la misiva de aquel ser querido, remitida desde un lugar lejano, que de vez en cuando, nos entregaba el cartero. También quedó en el recuerdo, cuando el repartidor de telegramas llegaba a nuestro hogar a una hora intempestiva, sin duda, con un mal presagio.
La revolución tecnológica y el proceso de liberalización que al calor de las directivas postales europeas, culminará el 31 de diciembre de 2011, han hecho que el rol de los correos tradicionales haya cambiado sustancialmente.
Actualmente el sector postal europeo contribuye significativamente a la economía de la UE. Se estima que la contribución directa al PIB de la Unión Europea es de alrededor de 37.000 millones de euros (el 0,4%). Y lo que es más importante, los servicios postales emplean directamente alrededor de 1,7 millones de personas, lo que supone el 0,8 % de todos los puestos de trabajo de la Unión Europea, aunque las cifras globales de empleo, por interconexión con otros sectores relacionados, ascienden a 5 millones. Los correos europeos han tenido también que adaptarse, convirtiéndose en operadores globales logísticos, transformando su estructura organizativa, en una estructura puramente empresarial y que, además, han diversificado notablemente su oferta de productos, dependiendo mucho menos de la carta. El ejemplo más palpable lo tenemos en el Deutsche Post, que con la adquisición de numerosas empresas compite en todo el mercado europeo. En España el correo alemán compite con su filial DHL (paquetería) y con UNIPOST (cartas, envíos publicitarios). El correo holandés en su momento se hizo con la mayoría de acciones de la multinacional TNT, y así sucesivamente. Los grandes correos europeos se han convertido en grandes multinacionales para poder competir en el mercado único europeo abierto a la competencia dentro de un mundo globalizado.
En España el correo español también ha vivido cambios profundos. Actualmente el correo público emplea a casi 70.000 personas, habiéndose convertido en la empresa con más trabajadores. Correos debe competir en un mercado cada vez más abierto y debe prestar también el servicio postal universal. Correos, por ley, debe llegar a las zonas donde no es rentable la actividad postal, en especial en las zonas rurales.
El correo público español tendrá también que adaptarse. Diversificar su oferta de productos, todavía depende en casi un 90% de la carta; impulsar y optimizar su red, para el reparto de paquetería comercial e industrial; crear nuevos servicios y fomentar las oficinas postales como centros de negocio. El correo público debe dotarse de un sistema de financiación público estable para atender y vertebrar todo el territorio nacional y sobre todo, nuestro correo público, debe disponer de un proyecto empresarial que esté al margen de los vaivenes políticos que tantas veces han dilatado y demorado los procesos postales. Un correo moderno, adaptado a las nuevas necesidades y útil a la sociedad será la mejor garantía de su supervivencia. En definitiva, sí hay futuro para el correo tradicional, si sabe adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas realidades. La red postal está compuesta por hombres y mujeres, casi 70.000 puestos de trabajo que hacen que este país esté más cohesionado.
En un pueblecito de nuestra provincia, llamado Castro de Filabres, existe una placa de mármol en la plaza del ayuntamiento que dice así 'En homenaje a los carteros rurales, con vuestra labor y esfuerzo, nuestros pueblos están mas cerca'.
Creo que necesitamos a nuestros carteros, aunque no nos traigan una carta de amor, pero sí nos traerán alguna notificación a algo que hemos pedido por Internet.
ideal.es /Almeria /
13.11.08
TRIBUNA
¿Tiene futuro el correo tradicional?
Francisco Almansa
Quedan en el recuerdo aquellas cartas de amor que los quintos enviaban a sus novias; la misiva de aquel ser querido, remitida desde un lugar lejano, que de vez en cuando, nos entregaba el cartero. También quedó en el recuerdo, cuando el repartidor de telegramas llegaba a nuestro hogar a una hora intempestiva, sin duda, con un mal presagio.
La revolución tecnológica y el proceso de liberalización que al calor de las directivas postales europeas, culminará el 31 de diciembre de 2011, han hecho que el rol de los correos tradicionales haya cambiado sustancialmente.
Actualmente el sector postal europeo contribuye significativamente a la economía de la UE. Se estima que la contribución directa al PIB de la Unión Europea es de alrededor de 37.000 millones de euros (el 0,4%). Y lo que es más importante, los servicios postales emplean directamente alrededor de 1,7 millones de personas, lo que supone el 0,8 % de todos los puestos de trabajo de la Unión Europea, aunque las cifras globales de empleo, por interconexión con otros sectores relacionados, ascienden a 5 millones. Los correos europeos han tenido también que adaptarse, convirtiéndose en operadores globales logísticos, transformando su estructura organizativa, en una estructura puramente empresarial y que, además, han diversificado notablemente su oferta de productos, dependiendo mucho menos de la carta. El ejemplo más palpable lo tenemos en el Deutsche Post, que con la adquisición de numerosas empresas compite en todo el mercado europeo. En España el correo alemán compite con su filial DHL (paquetería) y con UNIPOST (cartas, envíos publicitarios). El correo holandés en su momento se hizo con la mayoría de acciones de la multinacional TNT, y así sucesivamente. Los grandes correos europeos se han convertido en grandes multinacionales para poder competir en el mercado único europeo abierto a la competencia dentro de un mundo globalizado.
En España el correo español también ha vivido cambios profundos. Actualmente el correo público emplea a casi 70.000 personas, habiéndose convertido en la empresa con más trabajadores. Correos debe competir en un mercado cada vez más abierto y debe prestar también el servicio postal universal. Correos, por ley, debe llegar a las zonas donde no es rentable la actividad postal, en especial en las zonas rurales.
El correo público español tendrá también que adaptarse. Diversificar su oferta de productos, todavía depende en casi un 90% de la carta; impulsar y optimizar su red, para el reparto de paquetería comercial e industrial; crear nuevos servicios y fomentar las oficinas postales como centros de negocio. El correo público debe dotarse de un sistema de financiación público estable para atender y vertebrar todo el territorio nacional y sobre todo, nuestro correo público, debe disponer de un proyecto empresarial que esté al margen de los vaivenes políticos que tantas veces han dilatado y demorado los procesos postales. Un correo moderno, adaptado a las nuevas necesidades y útil a la sociedad será la mejor garantía de su supervivencia. En definitiva, sí hay futuro para el correo tradicional, si sabe adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas realidades. La red postal está compuesta por hombres y mujeres, casi 70.000 puestos de trabajo que hacen que este país esté más cohesionado.
En un pueblecito de nuestra provincia, llamado Castro de Filabres, existe una placa de mármol en la plaza del ayuntamiento que dice así 'En homenaje a los carteros rurales, con vuestra labor y esfuerzo, nuestros pueblos están mas cerca'.
Creo que necesitamos a nuestros carteros, aunque no nos traigan una carta de amor, pero sí nos traerán alguna notificación a algo que hemos pedido por Internet.
Posted by
Anónimo |
jueves, noviembre 13, 2008 10:12:00 a. m.