El operador postal español y los de otros 9 países se oponen al considerar que no hay suficientes garantías de financiación del servicio universal
BRUSELAS, 18 (EUROPA PRESS)

La Comisión Europea propuso hoy la liberalización total de los servicios postales para el año 2009, que supondrá que los operadores históricos, como Correos en España, dejen de tener el monopolio sobre los envíos de menos de 50 gramos, el único sector que de momento no está abierto a la competencia.

La propuesta de directiva del Ejecutivo comunitario mantiene la obligación para los países de la UE de garantizar un servicio universal que incluya la entrega y recogida de correo al menos cinco días por semana para todos los ciudadanos de la UE. Para financiar este servicio universal, la norma fija un "menú" de opciones a los Estados miembros, entre los que se encuentran las ayudas públicas o los costes compartidos entre todos los proveedores.

Los servicios postales de 10 Estados miembros, entre los que se encuentra Correos, ya han expresado su rechazo a la propuesta. En un comunicado conjunto suscrito el 16 de octubre, aseguran que la propuesta de la Comisión "no ofrece ninguna garantía para la financiación del servicio postal universal y socava la calidad y el acceso a los servicios de los que los ciudadanos europeos gozan en la actualidad". Además de España, firman la carta Bélgica, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Hungría, Luxemburgo, Malta y Polonia.

En contraste, los Estados miembros que ya han liberalizado totalmente sus servicios de correos respaldan la propuesta de Bruselas porque consideran que pueden ganar nuevos mercados. Se trata de Alemania, Holanda, Reino Unido, Finlandia y Suecia. Berlín ya ha anunciado que esta propuesta de directiva será una de las prioridades de su presidencia, durante el primer semestre de 2007.

El comisario de Mercado Interior, Charlie McCreevy, aseguró que la norma tiene en cuenta las preocupaciones sobre financiación de los países más reticentes a la liberalización y se mostró "optimista" sobre las posibilidades de que sea finalmente aprobada por los Veinticinco y por la Eurocámara. Un rechazo, dijo, significaría dar un "paso atrás" en la liberalización de mercados que ya contempla la actual normativa sobre servicios postales.

McCreevy calificó de infundados los temores que provoca la apertura a la competencia en algunos Estados miembros, y destacó el ejemplo del Royal Mail británico, que desde que se ha liberalizado logra beneficios. "No es una amenaza sino una oportunidad", recalcó.

"La plena apertura del mercado en 2009 nos permitirá contar con más innovación, mejores servicios y mayor rentabilidad. De lo contrario, los mercados postales comunitarios serán cada vez menos capaces de hacer frente a las exigencias de la revolución de las comunicaciones. La apertura de los mercados desempeña una función crucial en la viabilidad a largo plazo del sector y de los puestos de trabajo que genera", dijo McCreevy.

La normativa comunitaria vigente sobre servicios postales, cuya última revisión data del año 2002, permite a los Estados miembros restringir el acceso de la competencia al correo con un peso inferior a los 50 gramos. Con la propuesta de Bruselas, esta restricción ya no será posible a partir de 2009.

En paralelo, se mantienen las obligaciones de servicio universal para los Estados miembros, que deberán garantizar precios asequibles y que podrán imponer una tarifa uniforme para los artículos de tarifa única, como el correo de consumidores. También se potencia la protección de los consumidores con la obligación para todos los operadores postales de poner en marcha servicios de tratamiento de quejas.

Para financiar el servicio universal se prevé un sistema flexible que permita a los países elegir la opción que más les convenga. Cada Estado miembro podrá escoger si concede ayudas estatales a su operador histórico, si licita el servicio y da subvenciones al operador que decida prestarlo, si establece un fondo de compensación, o si obliga a compartir entre todos los operadores la obligación de prestar el servicio universal y sus costes.

Los servicios postales de la UE se regulan mediante una directiva de 1997. En ella se crea un marco normativo que garantiza a los ciudadanos un servicio universal, a la vez que limita gradualmente el ámbito del sector no sometido a competencia (inicialmente el correo por debajo de los 350 gramos, modificado en 2002 a 100 gramos y reducido a 50 gramos el 1 de enero de 2006). El objetivo de la directiva es garantizar el mejor servicio posible mediante una apertura gradual del mercado que se completaría en 2009.