Día de la Mujer Trabajadora (1) - Benita by Clarice
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La Vida de Brian "Derecho a Parir"
BENITA .
Un bello relato .
Benita es bonita.
42 años. 6 hijos entre 23 y 6 años. 3 nietos de su hija de 23 años. Un ¿marido? 10 hermanos de padre, y 5 de madre. Su padre nunca se casó con su madre. Se casó con la madre de sus otros 5 hermanos. Y sólo se ocupó de los 5 hijos de la mujer con la que sí se casó.
Ya digo, Benita es bien bonita.
Parece una adolescente grande. Pantalón y cazadora vaqueros con zapatillas de deporte. Morena y dulce. Habla guaraní y castellano (“su idioma”, dice ella, por mí). Mentalmente hace cambio de divisas y da el resultado en euros y en millones de guaraníes. Mucho más rápido que mi calculadora. Apenas sabe leer y escribir. Benita nació en Paraguay.
En Asunción tiene su familia y tenía un negocio de “mercaderías”. En su horario, de 4 a 24, conseguía levantarse, viajar a Brasil, bordear el paso de frontera, ida y vuelta: (“te quitan las cosas si te agarran”) comprar mercadería, volver a su barrio, abrir la tienda. Levantar a los niños, llevarlos al colegio. Atender a la clientela. Hacer la comida para el medio día. (No sé que hacía su marido mientras; creo que ella tampoco). Limpiar la casa. Lavar la ropa. Preparar la cena. Dejar que su marido le hiciera hijos. No siempre, a veces también se los hace a otras. Que son más mujer que ella, le dice.
Él es muy macho. Tiene una mujer en casa y todas las demás fuera. La de casa es para las cosas de la casa. Las de fuera para todo lo demás: bailar, beber, “coger”. A dormir, va a la casa. Borracho. Pasa cualquier cosa cuándo él llega. Ella solo quiere que no se despierten los niños. Y hace cualquier cosa que él quiera. Al fin y al cabo, todo será rápido, se levanta a las 4.
Un día se acuesta con el run-run de la gente que va a Europa a trabajar. Algunos de sus hermanas y hermanos se han ido. Piensa en una vida mejor para sus hijos y en una mejor vida para ella. Pide dinero prestado. Una cifra multimillonaria para un ordinario billete de avión. Vuela hacia otro mundo. Sin maleta. Su marido la amenaza y sale de su casa con lo puesto. Llega a Madrid en abril.
Benita lleva casi un año en España. No tiene papeles. Tiene derecho a asistencia médica porque está empadronada. Que le han hecho ese favor. Cuida a una anciana desde el día siguiente de aterrizar. Con dedicación. El mejor trabajo que ha tenido en su vida. 600 euros. Es libre de organizar su horario y su trabajo. Duerme tranquila. Mantiene a sus hijos y a su madre con su sueldo. Les llama religiosamente. Les manda ropa. Les ha comprado una casa para que no tengan que vivir con su padre, que “coge” fuera pero come en casa (del giro que manda Benita), con sus novias.
Dice que ya no piensa en él, y que ya no le tiene miedo. Que no cree que le salga un novio español. Que a ella le gusta tener su sueldo. Y no dar explicaciones a nadie. Que le gustaría saldar todas sus cuentas y poner un negocio. Podéis decir que lo hará.
Que podría traer a sus hijos, poco a poco. Y salir adelante. Que aquí está todo muy bien, y te ven los médicos sin pagar. Quería ir a una curandera paisana antes de ir a urgencias de La Paz. Su cuerpo siempre se curó sin médicos, dice. Hoy, mientras hablaba con sus hijos, le habían pasado el teléfono al padre: “Algún día tendrás que volver y ese día te mataré”.
Pero Benita está viva. Es bonita. Es valiente. Una mujer trabajadora. En mi oficina de 8 a 3, yo pienso en Benita. No soy ni la mitad de valiente. Nunca seré tan bonita. Y que estoy menos viva…
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La Vida de Brian "Derecho a Parir"
BENITA .
Un bello relato .
Benita es bonita.
42 años. 6 hijos entre 23 y 6 años. 3 nietos de su hija de 23 años. Un ¿marido? 10 hermanos de padre, y 5 de madre. Su padre nunca se casó con su madre. Se casó con la madre de sus otros 5 hermanos. Y sólo se ocupó de los 5 hijos de la mujer con la que sí se casó.
Ya digo, Benita es bien bonita.
Parece una adolescente grande. Pantalón y cazadora vaqueros con zapatillas de deporte. Morena y dulce. Habla guaraní y castellano (“su idioma”, dice ella, por mí). Mentalmente hace cambio de divisas y da el resultado en euros y en millones de guaraníes. Mucho más rápido que mi calculadora. Apenas sabe leer y escribir. Benita nació en Paraguay.
En Asunción tiene su familia y tenía un negocio de “mercaderías”. En su horario, de 4 a 24, conseguía levantarse, viajar a Brasil, bordear el paso de frontera, ida y vuelta: (“te quitan las cosas si te agarran”) comprar mercadería, volver a su barrio, abrir la tienda. Levantar a los niños, llevarlos al colegio. Atender a la clientela. Hacer la comida para el medio día. (No sé que hacía su marido mientras; creo que ella tampoco). Limpiar la casa. Lavar la ropa. Preparar la cena. Dejar que su marido le hiciera hijos. No siempre, a veces también se los hace a otras. Que son más mujer que ella, le dice.
Él es muy macho. Tiene una mujer en casa y todas las demás fuera. La de casa es para las cosas de la casa. Las de fuera para todo lo demás: bailar, beber, “coger”. A dormir, va a la casa. Borracho. Pasa cualquier cosa cuándo él llega. Ella solo quiere que no se despierten los niños. Y hace cualquier cosa que él quiera. Al fin y al cabo, todo será rápido, se levanta a las 4.
Un día se acuesta con el run-run de la gente que va a Europa a trabajar. Algunos de sus hermanas y hermanos se han ido. Piensa en una vida mejor para sus hijos y en una mejor vida para ella. Pide dinero prestado. Una cifra multimillonaria para un ordinario billete de avión. Vuela hacia otro mundo. Sin maleta. Su marido la amenaza y sale de su casa con lo puesto. Llega a Madrid en abril.
Benita lleva casi un año en España. No tiene papeles. Tiene derecho a asistencia médica porque está empadronada. Que le han hecho ese favor. Cuida a una anciana desde el día siguiente de aterrizar. Con dedicación. El mejor trabajo que ha tenido en su vida. 600 euros. Es libre de organizar su horario y su trabajo. Duerme tranquila. Mantiene a sus hijos y a su madre con su sueldo. Les llama religiosamente. Les manda ropa. Les ha comprado una casa para que no tengan que vivir con su padre, que “coge” fuera pero come en casa (del giro que manda Benita), con sus novias.
Dice que ya no piensa en él, y que ya no le tiene miedo. Que no cree que le salga un novio español. Que a ella le gusta tener su sueldo. Y no dar explicaciones a nadie. Que le gustaría saldar todas sus cuentas y poner un negocio. Podéis decir que lo hará.
Que podría traer a sus hijos, poco a poco. Y salir adelante. Que aquí está todo muy bien, y te ven los médicos sin pagar. Quería ir a una curandera paisana antes de ir a urgencias de La Paz. Su cuerpo siempre se curó sin médicos, dice. Hoy, mientras hablaba con sus hijos, le habían pasado el teléfono al padre: “Algún día tendrás que volver y ese día te mataré”.
Pero Benita está viva. Es bonita. Es valiente. Una mujer trabajadora. En mi oficina de 8 a 3, yo pienso en Benita. No soy ni la mitad de valiente. Nunca seré tan bonita. Y que estoy menos viva…
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Etiquetas: Benita, Clarice, Mujer Trabajadora
Que nadie se pierda los videos.
..."Me estremecieron mujeres
Que la historia anotó entre laureles
Y otras desconocidas, gigantes
Que no hay libro que las aguante"...
(De Silvio R.)
Clarice
Posted by Anónimo | jueves, marzo 08, 2007 12:04:00 a. m.